Rinitis

Respirar bien es vivir mejor

Identifica y trata tu rinitis de forma precisa

La rinitis es la inflamación de la mucosa nasal y puede provocar congestión, mucosidad, estornudos, picor nasal y ocular, dolor de cabeza o incluso formación de costras. La nariz, además de filtrar el aire, lo calienta y humedece, por lo que su buen funcionamiento es clave para la salud respiratoria.

Tipos más frecuentes:
  • Rinitis vírica: típica del resfriado común, con mucosidad acuosa y respiración dificultosa.
  • Rinitis bacteriana: con moco espeso o purulento y formación de costras.
  • Rinitis del embarazo: por efecto hormonal, frecuente en el segundo y tercer trimestre.
  • Rinitis alérgica: muy común, puede ser estacional (gramíneas) o persistente (ácaros).
  • Rinitis medicamentosa: causada por uso prolongado de sprays nasales o ciertos fármacos.
  • Rinitis eosinofílica no alérgica: similar a la alérgica, pero sin respuesta positiva en pruebas cutáneas.
Diagnóstico:

La exploración endoscópica nasal permite observar signos característicos. Lo más importante es distinguir entre rinitis alérgica y no alérgica para elegir el tratamiento adecuado y evitar la exposición al alérgeno responsable.

Tratamiento:
  • Rinitis alérgica: evitar alérgenos, corticoides nasales, antihistamínicos, y en casos seleccionados, vacuna específica.
  • Rinitis bacteriana: tratamiento antibiótico.
    Rinitis no alérgica: corticoides nasales.
  • Higiene nasal diaria: evitar ambientes secos y uso moderado (máx. 6 días) de descongestionantes tópicos.

Con el diagnóstico adecuado, la rinitis puede controlarse eficazmente, mejorando la respiración y la calidad de vida.

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